Uno de los mejores acompañantes que el queso puede tener es el membrillo. Juntos crean el postre más típico y sencillo de la gastronomía española. Este es fácil de preparar, tan solo hay que mezclar una loncha de queso con otra de carne de membrillo y juntos le harán disfrutar de un agradable sabor.
La carne de membrillo se obtiene tras la cocción de la pulpa de los membrillos con azúcar, obteniendo un alimento rico en fibra y minerales.
Su color es anaranjado y su sabor muy dulce y suave.